Decisiones
Hoy mi musa esta divagando. De hecho, debo confesar que últimamente me cuesta concentrarme al escribir.
Frente a la computadora me quedé en blanco y comencé a preguntarme a qué se debe eso. Y me di cuenta de que he estado aplazando algunas decisiones que debo tomar.
Es una costumbre poco deseable dejar de lado decisiones que no se quieren tomar en un momento determinado, por temor al cambio que producirán o el modo en que pueda afectar a otros.
Pero la dilación no soluciona la situación, la prolonga; a veces demasiado, a punto de que los resultados pueden resultar peores.
Es como cuando se tarda en halar la banda con la cera caliente cuando se está depilando. Se sabe que va a doler y se titubea. Aunque ya no queda otra alternativa. A sabiendas de que se va a sufrir un dolorcito al momento del tirón, pero que se pasará.
Y a veces ni siquiera se trata de cuestiones trascendentes. En ocasiones solo se trata de hacer pequeños cambios y salir de la zona de confort.
En mi caso, a veces me cuesta tomar decisiones que puedan afectar a otros. Por ejemplo, en lo que respecta a mis empleados, me tomo muy en serio el cómo mis decisiones puedan afectar sus vidas y las de sus familias.
Me pongo a pensar lo complejo que debe ser el proceso de toma de decisiones de los jefes de estado, las cuales son tan trascendentales. Esas que afectan naciones, la vida de miles, y a veces de millones.
Pero el hecho es que, mejor temprano que tarde hay que decidir qué
hacer y simplemente llevarlo a cabo.
En mi caso, para tomar una decisión analizo los pros y los contras y el posible efecto que lo decidido pueda tener en mi vida y en la de los demás. Luego elijo aquella opción que entiendo que es más conveniente.
Suelo tomar decisiones rápidamente. A diario tomo muchas. Es algo cotidiano de día a día. Pero como a todos, a veces tengo dilemas.
Pero esta reflexión me ha servido para darme cuenta que, no importa cuantas vueltas le dé. El exceso de análisis trae parálisis.
Simplemente ya debo llevar a la acción esa decisión que está tomada y seguir adelante. Y afrontar lo que venga con valentía.
Probablemente luego de hacer eso se me facilitará escribir la próxima vez. Y podré comentar la fluidez de la musa acudió a mí, luego de sacar esas cosas de mi mente.
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