La vida es como una película
Dicen por ahí que la realidad es más increíble que la ficción.
Y ciertamente, muchas historias reales parecen sacadas de un libro de aventuras.
Del mismo modo en que cada quien tiene en sus manos la posibilidad de trazar su camino paso a paso, la vida es una película cuyo género definimos nosotros mismos.
Ya se trate de una comedia, un drama o una película de suspenso, las decisiones que tomamos nos ponen en el lugar preciso, conforme lo hemos diseñado.
Y esto se aplica independientemente de que esto haya sido planificado o no.
Es común que la gente deje el devenir de sus vidas al azar, pensando que esta depende de las circunstancias externas. Como si fuesen víctimas de su destino.
Y debo confesar que yo misma llegué a pensar del mismo modo en algún momento.
Ahora bien, tan pronto asimilé el hecho de que yo soy la responsable de definir cada escena, que va conformando la secuencia de hechos de la película de mi vida, sentí un grado empoderamiento como nunca antes.
Entendí que aprender la lección de cada situación que se me presenta es lo que determina que este hecho se repita o no.
Y que está en mis manos evitar que el mismo tenga una secuela o segunda parte.
Que aunque es cierto que ocurren cosas que no puedo controlar y que no siempre todo sale acorde a mis planes, depende de mí cómo reaccionar.
Y que el tipo de reacción que yo tenga es lo que marca la gran diferencia.
Decidí que mi vida no tendría una trama aburrida, que por el contrario, que sería excitante e iría en constante evolución.
Enriqueciéndose del aprendizaje constante y el disfrute de las pequeñas grandes cosas.
Decidí vivir intensamente, y gozándome cada etapa, de modo que cuando llegue el fin de ésta, pueda mirar atrás con satisfacción.
Y en tu caso, ¿cómo es la película de tu vida?
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