El amor que duele

By Published On: 28 de agosto de 2012Categories: Personal

Estoy familiarizada con la violencia intrafamiliar. Me crié en un entorno en el que en mas de una ocasión presencie un hombre maltratar a su mujer ante una multitud impávida que no intervenía, pues tenían la creencia de que “en pleito de marido y mujer, nadie se puede meter”.

Para nuestra fortuna, desde muy temprana edad mi madre comenzó a programarnos mentalmente, tanto a mi como a mis hermanas, para evitar que cayéramos en ese patrón de conducta, que lamentablemente es visto como algo normal por mucha gente y ocurre más de lo que todos podríamos pensar.

La vocecita de mi madre en mi cabeza hizo que siempre me mantuviera alerta. Y el hecho de conocer el comportamiento de los abusadores, me permitió detectarlos rápidamente, y por consiguiente evitarlos.

El tema de los feminicidios en la Republica Dominicana ha estado sobre el tapete en los últimos meses, dada la gran cantidad de mujeres que mueren a mano de sus parejas.

Y yo me pregunto, por que las mujeres perdonan la primera bofetada, el primer empujón o la primera trompada? Como pueden volver a acostarse con un hombre que las ha maltratado? Por que les perdonan las otras tantas veces?

De acuerdo a algunos análisis, muchas de estas mujeres dependen económicamente de estos hombres. Y por ende, como no tienen manera de mantenerse ellas ni a sus hijos por sus propios medios, se someten al maltrato.

Pero yo creo que esto va más allá.

Del modo que lo veo, el meollo del asunto reside en el modo en que las mujeres somos criadas por nuestras propias madres. Las niñas son programadas para ser amas de casa que deben servir a su padre y a sus hermanos.

Mientras que la niña debe levantarse temprano, realizar todos los quehaceres de la casa y cumplir con sus obligaciones escolares, a los varones no se les exige nada hasta que tengan edad de trabajar.

Y si resulta que el hermano es mayor, muchas veces se le da la potestad de “corregir” a la hermana. Y esto implica “poner en su puesto o disciplinar” a la chica por medio de golpes. A todo esto, con la replica de la madre que le dice a la chica que la están “corrigiendo” por su bien.

A mi humilde entender, todo esto moldea la psiquis femenina de modo que  va asumiendo que la figura masculina es subyugante y autoritaria, y que eso esta bien.

Su madre, que es la persona que mas la ama, lo permite. Su hermano, que quiere cuidarla y protegerla, le pega para que mejore. Entonces, el amor duele.

Por eso, cuando su novio le grita, a ella no le parece un comportamiento incorrecto. Esta familiarizada con eso. Y cuando el le pega la primera vez y luego le llora y le suplica que lo perdone, y le dice que no lo volverá a hacer, a ella le parece lógico perdonarlo. Después de todo, el la ama, a pesar de que ella no se lo merece. Ella también lo ama y posiblemente no consiga a nadie mas tan bueno como el.

Pero lo que me parece aun más difícil de entender es como muchos padres aconsejan a sus hijas para que no rompan sus familias y regresen con el abusador que las ha golpeado, traspasando así esta herencia de abuso a los hijos e hijas fruto de esa relación. Empujándolos a una situación que perpetua el abuso y los pone a todos en peligro de muerte, porque la violencia es progresiva. Va empeorando a medida que pasa el tiempo.

Creo que debemos comenzar a cambiar el modo en que educamos a nuestras niñas. Enseñándoles que ellas son valiosas y que no deben soportar maltrato de nadie. Que quien te ama no te maltrata, ni física ni sicológicamente.

E instruir a nuestros niños, explicándoles que las mujeres no son su propiedad, ni una extensión suya. Que cuando alguna de las partes no quiere continuar una relación, la otra debe ceder. Que las mujeres nacieron para ser amadas y respetadas, no maltratadas.

Con suerte, dentro de unas cuantas generaciones tendremos relaciones mas equitativas y un porcentaje mucho mas bajo de amor doloroso.

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