Con los ojos en la Luna y los pies sobre la tierra
El hombre siempre ha querido trascender, traspasar sus fronteras, conquistar el universo.
Ese gran espacio desconocido que despierta tantas interrogantes en nuestro interior, despierta también los deseos de conquista que le han motivado a aventurarse a surcar los mares para llegar a otros continentes, a tierras desconocidas.
El primer viaje a la luna desató una vorágine de avances tecnológicos para hacerlo posible en solo 10 años desde que se hizo la declaración oficial.
Los Estados Unidos y lo que en ese entonces era la Unión Soviética, competían por ganar una carrera que suponía consolidar su liderazgo a nivel mundial. La motivación era lograr la simpatía del mundo a través de la influencia, proyectando la imagen de país vencedor y promover sus corrientes de pensamiento.
Ambos países iniciaron una serie de esfuerzos que propiciaron una suerte de nuevas tecnologías para hacerlo posible, las cuales solo se han expandido a través del tiempo.
De ahí en adelante se desato una sed de conocimiento, cambios, nuevas formas de hacer las cosas, que nos hacen parecer imposible la vida de otro modo. Por ejemplo, Internet concebido para empleo militar y de inteligencia, es ya de uso común y doméstico.
Se dice que en los últimos 50 o 60 años se han producido más avances tecnológicos que en todo el tiempo anterior, desde la existencia del hombre sobre la tierra.
Claro esta, que esto puede parecer discutible para aquellos que comparten la idea de que grandes monumentos tales como las pirámides de Egipto y las ruinas de Machupichu fueron construidos posiblemente por extraterrestres.
Sus creencias están basamentadas en el hecho de que no existen indicios de que hubiera tecnología de punta que facilitara esas grandes construcciones en la época que fueron realizadas. Pero esa es otra historia.
Las grandes inversiones que los gobiernos han hecho en su afán de conquistar el universo ha desatado controversia en diversos ámbitos. Mucha gente cuestiona si vale la pena gastar miles de millones, recursos insospechados en tratar de alcanzar el espacio cuando hay tantas carencias en la tierra.
El hecho es que, con la debida motivación, el ser humano es capaz de alcanzar logros insospechados.
Miro hacia atrás y siento que ya vivo en el futuro. Que esas películas de ciencia ficción como la Guerra de las Galaxias, por ejemplo, son nuestra realidad actual, nuestra cotidianidad.
Desafortunadamente esos avances tecnológicos no se han equiparado con beneficios para las masas.
De hecho, la mayoría de los habitantes de nuestro planeta tierra no solo no tienen acceso a Internet, peor aún, ni siquiera reciben una alimentación balanceada. Muchos de ellos no tienen garantizada una comida al día.
Es fascinante el espacio sideral. Resulta tentador conquistar la luna. Pero esta es el único planeta que tenemos. Y no lo estamos cuidando debidamente. Y miles de millones de sus habitantes no tienen cubiertas sus necesidades básicas.
Ojala que el próximo reto sea mayor equidad. Que los países que lideran las grandes economías del mundo se lancen a buscar soluciones para tener un planeta autosustentable y que permitan que los recursos puedan renovarse debidamente.
Sería maravilloso ver que logremos avances reales para lograr esa meta.
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