El poder sobre los tacones

By Published On: 2 de mayo de 2016Categories: Personal

Desde mi perspectiva, ser una mujer fuerte no significa compararse con los hombres o querer competir con ellos. 

Fui madre soltera siendo aún muy joven, y me tocó criar a mi hija en una isla del Caribe donde no existe ningún tipo de protección especial de carácter social o económico, para mujeres en mi situación.

Viniendo de un extracto social muy humilde, tuve que trabajar duro para lograr salir adelante y asegurarme de que esa bebé que traje al mundo, tuviera mejores oportunidades que yo.

Afortunadamente contaba con el apoyo de mi familia, y encontré muchos ángeles en el camino que me dieron la mano y me ayudaron en el proceso.

También tuve que enfrentar muchas dificultades, las cuales me sirvieron de aprendizaje para convertirme en una mejor persona, y fortalecieron mi carácter.

Ya mi hija creció, dejo el hogar, y se ha convertido en una mujer fuerte, independiente y decidida, que cada día lucha por alcanzar sus sueños. Me siento muy orgullosa de ella.

No sé ni como logré todo esto, pues muchas veces no tenia idea de lo estaba haciendo.

Al madurar me doy cuenta de que las mujeres no siempre estamos conscientes del gran poder y los dones que poseemos.

Somos dadoras de vida y a las que, por lo general, nos toca formar el carácter de nuestros hijos.

Sin embargo, muchas mujeres que han logrado empoderarse y ser independientes y exitosas, han comenzado a emular las mismas conductas que antes criticábamos en los hombres.

De hecho, una gran parte de las féminas sienten que para poder descollar, han tenido que adoptar las características gerenciales masculinas, pues perciben que la femineidad representaba una desventaja en el mundo empresarial.

Creo que el poder sobre tacones tiene que ver con lograr ese sentido de logro, sin tener que dejar de lado lo que la mujer es en esencia. Por el contrario, potenciar esos factores que son relevantes y característicos de nosotras.

Generalmente, las mujeres somos conciliadoras, negociadoras por naturaleza y procuramos el bien común. Somos grandes administradoras, pues desde los tiempos prehistóricos nos dedicamos a cuidar los recursos del hogar.

En la medida que acuñemos esas cualidades especiales que nos caracterizan, abracemos esos factores diferenciadores que poseemos,  y saquemos el mejor provecho de todo esto, seremos más fieles a nosotras mismas, más felices, y por ende, podremos dar aun mas a las personas en nuestro entorno.

Muy lejos de ser el sexo débil del que tanto se habló en el pasado, cada vez queda más y más comprobado de que las mujeres somos muy fuertes, y que estamos en capacidad de hacer casi cualquier tarea que realizan los hombres, y todo esto usando tacones.

Ahora bien, desde mi punto de vista, no debería tratarse de una pugna entre sexo. Ni de imponerse uno ante el otro.

La naturaleza es sabia, y hombres y mujeres se complementan maravillosamente.

Entonces, tomemos ese poder sobre tacones para ser la mejor versión de nosotras mismas. Mujeres fuertes, independientes, productivas y bellas, que no aceptan maltratos y que no se transan por menos de lo que merecen. Pero que permanecen fieles a su naturaleza femenina, en lugar de convertirse en una mala imitación del paradigma masculino comúnmente conocido.

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