I love shoes

By Published On: 30 de octubre de 2012Categories: Personal

Para nadie que me conozca debe ser un secreto que yo amo  los zapatos.

Siempre ha sido así, y es un comportamiento que comparto que muchas mujeres.



Recuerdo que hace unos años atrás, no estaba tan difundido este sentir.¿O será que yo no le prestaba tanta atención?

Pero no sé por qué, me da la impresión de que se ha creado una cultura en la cual algunas mujeres piensan que para ser auténticamente femeninas deben ser coleccionistas de zapatos.



Algo que resulta sumamente conveniente para los hábitos de consumo por los comerciantes propugnan.



Series como Sex in the City, que le dieron gran fama a los Manolos, y muchas películas y series dedicadas al segmento femenino, ponen gran énfasis en esto.



Debo confesar que yo soy una victima. Si bien tiendo a ser selectiva con las modas que ropa que uso, soy total y absurdamente débil con los zapatos.



Sufro porque debido a nuestro clima tropical en el que vivo, resulta prohibitivo usar esas exuberantes botas que se ven en los catálogos de las revistas de moda que me gustan. Tengo un solo par y suspiro por poder viajar en la temporada en la que puedo usarlas.



Los hombres se asombran ante la capacidad que tenemos las mujeres de almacenar zapatos. Ellos apenas tienen 3 o 4 pares. Los básicos. Un par negro, otro marrón. Dos pares de tenis para el gimnasio y unas chancletas para la playa.



Nosotras, necesitamos variedad de cada color. Además están los zapatos cerrados de taco alto, las balerinas (flats), las sandalias altas, las sandalias bajitas, las chancletas. Y luego vienen los zapatos combinados, las botas. La lista es interminable.



Pero así como es de compleja la psiquis femenina, así es nuestra capacidad de agrupar detalles, tanto en la ropa, en los zapatos, como en la vida.

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