Grupos de WhatsApp: Bendicion o Maleficio

By Published On: 30 de junio de 2018Categories: Marketing y Negocios

Por: Irene Morillo

¿Cuántos grupos de Whatsapp tienes en tu haber?

La verdad que los grupos de Whatsapp son una excelente herramienta de comunicación. Te permiten estar conectado a una gran cantidad de personas, puedes enviar mensajes que lleguen de manera instantánea y directa; y a la vez te permiten estar comunicado a bajo costo.

Son ideales para agrupar familares, equipos de trabajo, colaboradores de proyectos, y por qué no, amigos de las diferentes etapas de tu vida (grupos de colegio, universidad, etc.).

Ahora bien, creo que no soy la única que se ha visto abrumada ante la siguiente interrogante: ¿Los grupos de Whataspp son una bendición o un maleficio?

Y me ha ocurrido al abrir mi smartphone y encontrar cientos de mensajes en los grupos a los que pertenezco. Misma sensación me ha embargado al ser agregada a múltiples grupos sin haber sido consultada.

La disyuntiva de no querer pasar por maleducada al salirme de algún grupo, o enfrentar el bullying de los entusiastas que me acusan de nunca estar al tanto de que se habla, me ha empujado a hacer algunos ajustes.

A continuación les comparto los que me han funcionado:

  • Reducir y descartar. He hecho limpieza y me he dado de baja en aquellos grupos a los que ya no tiene sentido pertenecer. Puede tratarse simplemente de un proyecto que ya terminó, o un grupo que no aporte nada a nivel personal o profesional.

En ese sentido, otra práctica que aplico es que, tan pronto se concluye un proyecto, cierro el grupo si lo he creado yo, o me despido amablemente del mismo y me salgo, si ese no ha sido el caso.

Estar en decenas de grupos, y estar recibiendo notificaciones constantes distrae y malgasta tiempo. Y el tiempo es el único recurso no renovable.

  • Llamado a consenso. Tanto en los grupos que ya han sido creados, como en los nuevos, solicito amablemente que acordemos las reglas generales del mismo, de manera tal, que todos estemos de acuerdo.

Datos como el horario en el que está permitido mandar mensajes, si se puede o no textear los  fines de semana, el tipo de información que se debe compartir, etc., son vitales para mantener la armonía.

  • Interacción limitada. Dado mi ritmo de trabajo me resulta imposible envolverme en largas diatribas de cientos de mensajes diarios.

Y en algunos grupos en los cuales la interacción es intensa y constante, aunque revise periódicamente, pareciera que nunca logro ponerme al día.

Es por eso que he notificado oficialmente la situación y he pedido a los integrantes, que si se trata de algun asunto importante deben escribirme de manera directa.

  • Cero confrontaciones. No me gustan las confrontaciones en ningún espacio, y en los grupos de Whatsapp mucho menos.  

Es por eso que no me envuelvo en discusiones acaloradas que surgen en los grupos. Especialmente porque una de las limitaciones de la comunciación por esa vía es que se presta a la interpretación de los demás, pues el tono puede depender del ánimo de los interlocutores.

Si la situación tiene que ver conmigo, pues tomo el teléfono y llamo a la persona para aclarar las cosas. La experiencia me ha demostrado que una llamada de cinco minutos ahorra horas de desgaste en malentendidos.

Si no es el caso, simplemente no me involucro.

Breve que te quiero breve. Procuro ser lo  más puntual y objetiva al momento de realizar mis comentarios, pues entiendo que de este modo, mi aporte será más positivo al grupo. Lo contrario, solo contribuirá al caos.

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