RETOS PARA LA MUJER EMPRESARIA DE HOY

By Published On: 27 de enero de 2020Categories: Marketing y Negocios

Ser mujer y empresaria ha conllevado muchos retos para mí, desde que decidí emprender, hace un poco más de una década.

 

Mirando en retrospectiva, estuve estresada por largos períodos, especialmente cuando mi hija estaba pequeña, sintiendo que me faltaba tiempo para hacer todo, y pienso que no era la única.

 

Sin embargo, me parece que la mujer de hoy todavía enfrenta grandes retos en conjugar efectivamente todos los roles que le tocan.

 

A continuación te comparto algunos:

 

  • Mantener el equilibrio entre el trabajo y la familia. Siempre digo que las mujeres nacimos con un sentimiento de culpa que no se nos quita nunca. Nos cuestionamos si estamos haciendo suficiente por nuestros hijos, nuestros padres, nuestros esposos, nuestras amigas.

 

Trabajamos el doble o el triple, para poder ser reconocidas en nuestros trabajos. Y más aún si tenemos nuestras propias empresas.

 

Por lo regular, tenemos una larga lista de personas y tareas que demandan nuestra atención, las cuales anteponemos a nuestras necesidades.

 

Lograr el equilibrio entre mi negocio y mi familia siempre fue un reto para mí. Me tomó tiempo entender esto y comenzar a buscar el balance.

 

Algo que me ayudó fue involucrarlos siempre que podía, especialmente a mi hija. Y mantenerles informados de lo que estaba pasando, para que supieran de antemano cuando mis ausencias fueran más prolongadas.

 

Afortunadamente mi hija entendió perfectamente que cada vez que no estuve presente, se debió a que estaba trabajando para que ella tuviera más oportunidades y poder darle una mejor educación.

 

No tenía más opción, fui madre soltera, y ella solo contaba conmigo. Eso sí, que los fines de semana y los momentos libres, la recompensaba con creces. Esto me dio excelentes resultados.

 

  • Dedicar tiempo para mí. Increíblemente este ha sido un reto aún mayor. Estoy muy comprometida con lo que hago, y valoro mucho la productividad. Por ende, ante cualquier imprevisto, solía posponer las citas médicas, cancelar cualquier actividad social y trabajar jornadas muy largas.

 

Ha conllevado compromiso de mi parte cambiar esto, en el entendido de que necesito cuidar de mi salud para ser más productiva; que los compromisos sociales son espacios para divertirme y relajarme, pero también para hacer contacto con personas clave; y que, si ciertamente algunos días debo trabajar unas horas de más, se trata de trabajar de manera inteligente y efectiva, en lugar de trabajar largas horas.

 

  • Competir con los hombres. Dicen por ahí que este es un mundo de hombres. Y cuando yo comencé, no habían muchas agencias publicitarias lideradas por mujeres. Sin embargo, mi enfoque nunca fue competir con los hombres que estaban en la industria, ni emular su estilo de trabajo.

 

Como mujer, aproveché los atributos diferenciadores que nos caracterizan: atención al detalle, intuición, sentido de urgencia, entre otros. Los apliqué en mi empresa, y ha sido muy satisfactorio.

 

Puedo decir que, salvo escazas excepciones he sentido desigualdad en el trato. Sin embargo me he mantenido firme y fiel a mis valores y esto ha pagado con creces.

 

  • Ser más lanzada. Estadísticamente las mujeres somos más conservadoras en los negocios, y esto se refleja hasta en los financiamientos que solicitamos.

 

Entiendo que tiene que ver con el modo en que somos criadas. Al menos era así con las mujeres de mi generación.

 

En mi caso, que no vengo de una familia con cultura emprendedora, y tuve que aprender a fuerza de prueba y error. Y sobre todo al principio, los errores costaron muy caro. Hubo ocasiones en las que perdí dinero, lo cual atribuí como el precio a pagar por la inexperiencia.

 

Sin embargo, con el tiempo he ido dejando de lado el temor, y siendo más arrojada en las inversiones que hago y los proyectos que asumo. E insto a las mujeres a que seamos más feroces y arriesgadas, para que podamos llegar incluso más lejos de lo que ya hemos hecho, en el mundo empresarial.

 

  • Colaborar con otras mujeres. Ese viejo paradigma de la rivalidad entre las mujeres, es algo que debemos dejar atrás. Y yo lo puse de manifiesto en mi carrera desde una etapa muy temprana.

 

Cada vez más se evidencia que estamos viviendo en un mundo de colaboración. Y las mujeres somos una fuerza creativa que unidas somos más fuertes todavía.

 

A mí me ha resultado trabajar con mujeres que se identifiquen con las mismas causas con las que yo me identifico, y que tengan valores similares a los míos. Esto ha enriquecido mi carrera y me ha permitido aprender de mujeres increíbles.

 

 

¿Te identificas con estos retos? Déjame saber que opinas. Estaré feliz de leer tus comentarios.

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